El futuro del trabajo es el cambio

El mundo del trabajo está pasando por una serie de cambios vertiginosos. El escenario global ha sido impactado fuertemente por la pandemia mientras en Chile tenemos el enorme desafío de encauzar las demandas tras la crisis manifestada por el estallido social. Bajo todo esto se mueven olas de profundas transformaciones culturales que cuestionan paradigmas como el de “los problemas se quedan en casa y no se llevan al trabajo” o las tradicionales formas que teníamos para organizar la jornada laboral y armonizarla con nuestra vida familiar y personal.

En este contexto, las organizaciones deben reinventarse para implementar cuanto antes prácticas que se ajusten a la sociedad y cultura actual. Acá, algunos puntos a considerar.

1.    El tiempo de trabajo es más valioso de lo que pensábamos

Una de las preguntas fundamentales que las y los líderes de las organizaciones se han hecho en pandemia es cómo mantener la productividad en tiempos de crisis. Sin embargo, la pregunta debería ser otra, pues la mirada economicista del tiempo y sus plazos tradicionales se ve superada cuando pensamos en tener resultados sostenibles y de calidad. Para ello, necesitamos poner el foco en dinámicas organizacionales que permitan a los equipos de trabajo identificar las señales indicadoras de cambio para agilizar la toma de decisiones y la capacidad de reinventarse. Luego, a través de instancias colaborativas promovemos las acciones necesarias para sostener a la organización, aportando valor sin desgastar a las personas y potenciando sus mejores aportes.

2.    Necesitamos mecanismos flexibles de trabajo

Tras la pandemia y en medio de las profundas transformaciones culturales que estamos viviendo, hoy más que nunca necesitamos asegurar el balance entre la vida laboral, personal y familiar, pues las demandas por una mejor calidad de vida también se relacionan con conciliar las distintas esferas de nuestra vida y compartir la responsabilidad de los cuidados. Además, hemos podido observar que las soluciones no pueden ser estándar, sino que exigen reflexionar respecto a las distintas necesidades de los diversos grupos de personas que constituyen los equipos de trabajo. Estos temas van de la mano de la equidad de género y las nuevas masculinidades que aparecen en este escenario, y que son incluso parte de la discusión constitucional, por lo que convocan a todos los actores sociales a pensar en cambios sostenibles de nuestras maneras de relacionarnos.  

3.    A gestionar la diversidad

Las empresas del futuro no pueden gestionar las dinámicas organizacionales sin incorporar la diversidad, desde un enfoque de derechos humanos, sustentado en el análisis de las prácticas actuales. Hoy es clave preguntarnos cuáles son las barreras de acceso y mantención del trabajo con pleno reconocimiento de personas con distintas condiciones de género, etnia, edad, credo o discapacidad. Luego, debemos gestionar las problemáticas en torno a la equidad e igualdad, abriendo las puertas a nuevas formas de pensar y relacionarnos, especialmente, valorando el enorme aporte de la diversidad para la innovación en el mundo del trabajo.   

Columna del psicólogo de Humana Consultores, Alejandro Escudero, publicada en RH Management LINK

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