Derechos humanos e inserción laboral de migrantes en Chile

Andrés Rivera Duarte, experto en derechos humanos e igualdad de género, analiza la dificultades que viven las personas migrantes en Chile al intentar insertarse laboralmente “muchas veces las discriminamos por considerarlas distintas o amenazantes, erróneamente”, explica el también especialista de Humana Consultores.

Cada noche Yozmari está en la calle, con la vestimenta ajustada que dibuja su cuerpo, esperando juntar dinero para pagar la pieza que ocupa, la cuota de la luz y, si tiene suerte, la comida. Una noche tras otra aprieta su corazón y su alma para salir a esa esquina en donde, bajo la luz del alumbrado público, resalta entre la sombra de los árboles.

Pero no siempre fue así. En su país, Yozmari estudió y luego ejerció como ingeniera civil en una constructora privada. Tenía un sueldo que le permitía mantener un auto, comer en restaurantes e, incluso, salir de vacaciones con su madre. Pero la situación económica fue decayendo hasta que la inflación consumió la economía, la constructora quebró y, sin trabajo, empezó a mirar a los países vecinos. Chile le pareció próspero, rico en recursos y con una economía envidiable. Así, Yozmari no dudó en juntar sus ahorros, vender su auto y algunas cosas personales, tomar sus maletas, llenarlas de ilusión y emprender vuelo.

La primera bofetada que le llegó de la realidad fue saber que no le arrendarían un departamento por ser una extranjera sin trabajo. Un arrendador le insinuó que podía hacer una excepción, si tenían sexo. Al negarse se quedó sin posibilidad de alquilar. Después de deambular durante varios días por distintas comunas de la Región Metropolitana logró arrendar una pieza con mínimas condiciones de salubridad e higiene. Tuvo que adaptarse al baño y la ducha compartida pero, sin decaer, siguió en busca de su sueño. 

Recorrió las calles de Santiago dejando currículums en empresas primero, tiendas y negocios de abarrotes después, mientras pasaban los días, las semanas y los meses sin que apareciera la posibilidad de trabajar en algo que le permitiera subsistir. Muchas veces le cerraron la puerta en la cara gritándole “negra haitiana”, enseñándole con esta frase que en este país de ilusiones también experimentaría discriminaciones y vulneraciones.

Así fue como después de mucho tiempo de hambre, frío, miseria y derrota tomó la decisión más dolorosa de su vida para sobrevivir. Y allí es donde la encontramos hoy, bajo la luz del alumbrado público.

Lamentablemente, la realidad de Yozmira es la de muchas y muchos que proyectan una vida mejor en un país que no los ha sabido acoger y respetar, especialmente cuando son sudamericanos o caribeños de piel oscura. Aún más complejo es para las personas LGTBTQA+ que han migrado, pues las discriminamos por considerarlas distintas o amenazantes, erróneamente.

Chile es hoy un país con ausencia de políticas públicas migratorias en general, por lo que tampoco tenemos directrices sobre inclusión laboral. De allí que se haga necesario que las empresas incorporen la inclusión y la diversidad como parte de sus valores y lineamientos, para que el trabajo no solo sea la posibilidad de un sustento, sino también un espacio que cuide y proteja la dignidad humana.

Foto: freepik

Andrés Rivera Duarte es  académico, investigador consultor y capacitador en DDHH e identidad de género, y miembro del equipo de Humana Consultores.

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